Marcelino Champagnat

A la edad de 27 años, Marcelino Champagnat fue ordenado sacerdote en Lyon y nombrado Vicario en La Valla en Gier, donde ejerció durante 8 años.
Fue durante este período que Marcelino Champagnat conoció, en una pequeña aldea del Pilat, al joven Jean-Baptiste. Al dar la extremaunción a este joven moribundo, se dio cuenta de que no sabía nada acerca de Dios. “No puedo ver a un niño sin querer decirle cuánto lo ama Dios”. Este pensamiento de Marcelino Champagnat lo llevó a concretizar su idea de formar Hermanos destinados a dar la instrucción a los niños.
Empezó por comprar una casita cerca de la rectoría de La Valla para albergar a unos jóvenes de los alrededores, deseosos de dedicar su vida al servicio de Dios educando a los niños de los alrededores. Estos fueron los inicios mismos de los Hermanitos de María o Hermanos Maristas. Se había rodeado de un maestro para dar educación primaria a los niños. Los Hermanos se inspiraron en su método para enseñar a su vez.

En 1825, Marcelino Champagnat consiguió ser relevado de sus funciones como vicario de La Valla. Así pudo dedicarse enteramente a los Hermanitos de María.
“Para criar bien a los niños, hay que amarlos, y amarlos a todos por igual”. Esta forma de ver el mundo condujo rápidamente al éxito de la escuela.

Para hacer frente a una afluencia muy grande de candidatos, Marcelino Champagnat adquirió un terreno ubicado en Saint Chamond para construir allí su noviciado. Este es el lugar donde se encuentra la actual Nuestra Señora de l’Hermitage.
El edificio original, construido contra la roca del valle, fue diseñado para albergar a 150 personas.
La Capilla fue bendecida el 13 de agosto de 1825.
Pero muy rápidamente este gran edificio se volvió insuficiente: los valores y el lema de Marcelino Champagnat “Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús” atrajo a más y más personas y Nuestra Señora de l’Hermitage nunca dejó de expandirse

Agotado por la enfermedad y las preocupaciones relacionadas con la fundación y el desarrollo de la congregación, Marcelino Champagnat preparó su sucesión : convocó los hermanos para elegir un hermano como Director General de los Hermanos Maristas. Fue elegido el hermano Francisco, con la misión de continuar su obra.

El 18 de mayo de 1840, muy débil, Marcelino Champagnat leyó su testamento espiritual.

¿Su recomendación principal? “No haya entre vosotros sino un solo corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pueda afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: ¡Mirad como se aman!…
Marcelino Champagnat murió poco después, el 6 de junio de 1840.
A su muerte ya se habían creado 48 escuelas, se habían formado 7.000 alumnos y la Congregación contaba ya con nada menos que 280 Hermanos.

En 1920, el Papa Benedicto XV declaró venerable a Marcelino Champagnat.
Luego fue beatificado en 1955 por el Papa Pío XII antes de ser canonizado y reconocido como santo de la Iglesia universal por el Papa Juan Pablo II el 18 de abril de 1999 en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.